Esta
lengua también se llama castellano...por ser el nombre de la comunidad
lingüística que habló esta modalidad románica en tiempos medievales: Castilla.
Existe alguna polémica en torno a la denominación del idioma; el término
español es relativamente reciente y no es admitido por los muchos hablantes
bilingües del Estado Español, pues entienden que español incluye los términos
valenciano, gallego, catalán y vasco, idiomas a su vez de consideración oficial
dentro del territorio de sus comunidades autónomas respectivas; son esos
hablantes bilingües quienes proponen volver a la denominación más antigua que
tuvo la lengua, castellano entendido como ‘lengua de Castilla.
En
los países hispanoamericanos se ha conservado esta denominación y no plantean
dificultad especial a la hora de entender como sinónimos los términos
castellano y español. Renunciar al término español plantearía la dificultad de
reconocer el carácter oficial de una lengua que tan abierta ha sido para acoger
en su seno influencias y tolerancias que han contribuido a su condición. Por
otro lado, tanto derecho tienen los españoles a nombrar castellano a su lengua
como los argentinos, venezolanos, mexicanos, o panameños de calificarla como
argentina, venezolana, mexicana o panameña, por citar algunos ejemplos. Lo cual
podría significar el primer paso para la fragmentación de un idioma, que por
número de hablantes ocupa el tercer lugar entre las lenguas del mundo. En
España se hablan además el catalán y el gallego, idiomas de tronco románico, y
el vasco, de origen desconocido.
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